El engrosamiento de la piel empieza en el periodo fetal y se detiene después de la adolescencia, alrededor de los 20 años, culminando al 100%.

Se considera una piel muy joven de los 25 hasta los 34 años de edad. En esta edad la piel debe estar en la plenitud de su belleza, es decir, la piel ha alcanzado un contorno perfecto, la forma y textura ideal.

El objetivo en este tipo de pieles, es prolongar ese estado de belleza por el mayor tiempo posible, para ello se deben usar rutinas y hábitos diarios a través de cremas faciales, geles contorno de ojos y vitaminas tópicas. Combinándolos entre sí, durante mañana y la noche. Además de intensificar con otros cuidados adicionales, como protección solar, buenos hábitos de sueño y un correcto régimen alimenticio. Que en conjunto ayudaran a la piel a envejecer saludablemente.

Existen factores internos y externos al organismo que determinan el envejecimiento:

Factores internos: Genética, edad y el nivel de radicales libres en el organismo.

Factores externos: Exposición solar, contaminación, hábitos de sueño y la alimentación.

Es importante no abusar de estos factores y estar conscientes que, aunque por el momento no se tengan arrugas o impurezas, estas van a aparecer y es mejor prevenirlas diseñando estrategias de prevención con productos antiedad ideales para tu tipo de piel.

Conoce tu tipo de piel y rutina diaria